sábado, 8 de octubre de 2022

SERA?

Existe en cualquier relación el riesgo de pérdida, de abandono. Son las heridas del vínculo las que están más permanentemente inscritas en nosotros. Y es también lo que haremos con ella lo que abrirá o cerrará las puertas de la ternura.

Cuando ha llegado el momento de separarse, de alejarse o de perderse, la ternura, si no es asesinada por el resentimiento, por la violencia del sufrimiento (sobre uno mismo o sobre el otro) nos permite hacer un seguimiento de lo mejor del otro y de nosotros mismos.

Creo que la ternura es un movimiento que nos lleva a seguir un camino bordeado de sensaciones y sentimientos donde se mezclan la benevolencia, la aceptación, el abandono, pero también la confianza, la estimulación, el asombro, el descubrimiento.

Para seguir este camino, tal vez sea necesario aceptar superar los miedos, salir de los prejuicios, enfrentarse a lo desconocido de un encuentro.

Tal vez sea necesario ser más simple, más difícil también, aceptar entrar en el ciclo de la vida. La ternura es un nacimiento a uno mismo que nos hace entrar en el maravilloso vientre de la existencia.

Jacques Salomé (Domando la ternura)

 


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